Esta mañana, mientras le daba un repaso a la prensa desde mi ordenador, por un momento pensaba que yo era esa Alicia que visita el país de las maravillas.
¿Por qué? Sencillamente porque parece que el mundo en el que vivo forma parte de una película de Disney. Esas en las que los pajarillos cantan mientras uno vive para preparar pasteles de manzana.
Parece que esta mañana eso era lo mejor y lo más importante en la mayoría de diarios de España en sus versiones on-line.
Y en ese momento he pensado que total, ¿para qué destacar la elecciones en Colombia y hacer un seguimiento de la jornada electoral? Todos sabemos perfectamente quien es Antanas Mockus y Juan Manuel Santos. O qué supone la candidatura del Partido Verde en un país como Colombia que tan bien conocemos.
Tampoco he visto un gran seguimiento de la ley discriminatoria de Arizona y las manifestaciones que se están sucediendo. Una ley que ya está condicionando el día a día de los inmigrantes en este estado norteamericano hasta el punto de que Ismael Palafox, un mexicano sin papeles y padre de familia, fue trasladado al Centro de Detención de Florence. Podría ser expulsado de Estados Unidos y todo por arrojar basura donde no debía, tal y como explica Periodismo Humano.
Y nada, me ha encantado ver como en los medios de comunicación se destacaba y se hablaba durante horas y horas de los 750 activistas bajo la coalición “Free Gaza” que navegan para plantar cara al bloqueo israelí. Un acto que ya ha tenido respuesta por parte del gobierno, el cual ha dicho que esta actividad puede comportar un enfrentamiento directo con la armada israelí. Pero bueno, estas cosas ¿a quién le importa? Total como Colombia, Arizona y Gaza, que tan sólo son tres ejemplos, nos queda tan lejos, para que preocuparse ¿no?
Mucho mejor hablar y hacer que hablen de la actuación de Jimmy Saltimbanquis o de la sección estrella que tantas horas de emisión y páginas ocupan: los deportes.
El miércoles pasado, en el auditori de
Después de que nos explicaran sus interesantes historias y sus impresiones, se hicieron algunas preguntas. A mi me apetecía levantar la mano y saber cómo se sentían después de haber vivido tantas guerras, tantos enfrentamientos, penurias y tantos dramas humanos que se quedaron en el cajón. Olvidados en el silencio. Pero alguien me dijo que para qué preguntar algo así, cuando todos sabemos que en realidad a muy pocos les interesa ese tipo de noticias. Que eso no vende.
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